El edificio tiene en su origen un planteamiento bioclimático asociado a la generación de las mejores condiciones posibles de habitabilidad de sus usuarios. Para ello, en el contexto climático de Calviá, se genera un umbráculo o en términos baleáricos, un porxo, un patio cubierto y parcialmente abierto que articula los distintos niveles del
edificio. El porxo crea una serie de prestaciones de confort que no se pueden obtener con otras configuraciones cerradas.

Un porxo o umbráculo versátil con múltiples características de acuerdo a la hora del día, la estación y el clima variable.

Este porxo es un espacio complejo con múltiples situaciones de uso. En primer lugar permite relacionar el uso del espacio interior con el uso de las terrazas que presentan un “clima exterior bien atemperado”. Los empleados y facultativos, pero también los ciudadanos, pueden salir a este umbráculo en cada nivel del edificio para esperar su turno, para airearse, o para realizar otras actividades complementarias. A su vez, permite un grado de flexibilidad mayor a la hora de organizar las salas de espera o adaptar el centro de salud a condiciones extraordinarias como las vividas en la pandemia de Covid 19. A su vez, permite el crecimiento del centro o su adaptación a cambios en las circunstancias o la organización.


El porxo, un elemento que genera flexibilidad

Este espacio permite un uso flefible del centro de salud, pudiéndose acceder a cada planta y elemento del programa de manera independiente con accesos directos desde las terrazas de cada nivel, generando un juego de circulaciones por el exterior que reducirán la sobrecarga del uso interior durante una larga parte del año en el que hay
temperaturas y condiciones agradables. Además, se plantea también el uso de vegetación en el patio para aprovechar su efecto biofilico, así como aprovechar los valores medioambientales y psicológicos que aporta el agua a nivel acustico, ambiental, estético, y como elemento cultural referencial- ejerciendo la idea de “lo nuestro”, un espacio que pertenece a una cultura de ciudad y de su gente, y al clima y modo de vida mediterráneos. En definitiva, tratamos de crear un edificio sano y aireado, que contribuya al bienes tar y la salud de sus ocupantes, usando el conocimiento científico que al respecto tenemos a disposición ( bienestar, biofilia, espacio social, factores psicológicos del espacio)- conocimientos que coinciden con muchos valores de nuestro modo de vida tradicional: airearse, moverse, compartir, conocerse, disfrutar de los compañeros de trabajo. Y al modo mediterráneo, conseguir que eso redunde en una alta productividad y bienestar de trabajadores y usuarios.