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Memoria Arquitectura Hospital CHUAC

El nuevo Belvedere de la Ria de A coruña

Haciendo hincapié en el valor social de la calidad del servicio ofertado al ciudadano, la ampliación del hospital genera un nuevo Belvedere, un paseo- mirador con soportales, frente a la ría, que sirve a su vez de eje vertebrador a nivel funcional del hospital. Este gran espacio público formará un eje este-oeste que aporta accesos y visibilidad de todas las dotaciones de la ampliación, creando una situación de legibilidad y claridad en la circulación del complejo. Este espacio público abierto, en el que esperar o pasear, para pacientes, familiares y amigos, es un espacio para el personal sanitario también, mirando hacia el mar, y que se puede transitar bajo soportales para condiciones de lluvia.

La experiencia del hospital para el paciente, visitante y facultativo

El espacio sanitario es un ambiente en el que el ser humano se sume en reflexiones y estados psicológicos que desbordan el objeto funcional de acudir a la recepción de un tratamiento. Este ambiente, en el que un diagnóstico o una afección pueden transformar la vida de una persona, tiene un aura de inquietud y excepcional intensidad que normalmente no es interpretado en la arquitectura de los centros hospitalarios. Así como el paciente sana por medio del tratamiento médico, consideramos que la arquitectura puede contribuir a aportar a las personas experiencias y motivos de reflexión sobre la propia salud, y sobre el valor de la salud en la vida humana. Pensamos que este proyecto aporta la posibilidad de acompañar situaciones de recogimiento y reflexión por el diálogo que el edifico establece con el paisaje. Hay varios espacios que especialmente queremos resaltar:

  • El espacio público del Belvedere, que es un jardín con zonas de tránsito más intenso y otras más estanciales, separadas y recogidas, con vistas sobre el paisaje de la ría.
  • Al final del Belvedere, el mirador en voladizo que se despliega sobre la vista de la ría.
  • En las habitaciones del bloque de hospitalización, orientadas hacia el mar o la ciudad, vistas lejanas y abiertas que permiten la observación del espectáculo de la ciudad o de la naturaleza.
  • En las zonas de pradera situadas sobre la ampliación del hospital, espacios abiertos y de uso libre, accesibles desde múltiples puntos, zonas alejadas del tránsito público, espacios verdes en los que poder caminar y sentarse a mirar la ría y el mar.
  • Espacios de mirador y galerías ajardinadas en el bloque de hospitalización, con espacios de doble altura y cerramiento total de vidrio mirando hacia el mar y la ría.
  • En las “galerías coruñesas” del bloque de hospitalización, auténticos paseos frente al mar y la ría, abiertos a la penetración del sol, que se pueden recorrer de múltiples maneras, en la misma planta o bajando y subiendo niveles por medio de distintas escaleras, creando un recorrido rico y variado entre opciones de circulación y espacios con miradores y jardines, que pueden mejorar la experiencia diaria de los pacientes hospitalizados.

 

Integración ambiental de la ampliación del Hospital

Este emplazamiento junto a la Ría de A Coruña tiene unos importantes valores ambientales naturales entreverados con  infraestructuras de la ciudad, industriales y de servicios públicos. La relación entre ambos paisajes es un equilibrio difícil y uno de los temas de nuestro tiempo. Así, hemos intentado responder a los valores ambientales del entorno de As Xubias en que se sitúa el Complejo Hospitalario mediante la integración en la topografía actual de la totalidad del zócalo de la ampliación del hospital, aprovechando la natural caída del terreno. De esta manera se reduce el impacto de la ampliación del hospital como parte configuradora de la costa poniente de la Ría. Concretamente, los valores ambientales negativos que vienen normalmente aparejados a complejos hospitalarios derivan de las morfologías conformadas por múltiples edificios dispares que no forman una totalidad armónica, o con un volumen y presencia descontrolados en el tejido urbano. La utilización del terreno natural de la manera en la que lo hemos planteado, junto al empleo de cubiertas ajardinadas, jardinería y tratamiento de espacios públicos, creemos contribuirá a una mejora general no sólo de la ampliación sino del conjunto de edificios que forman el complejo.

Un hospital biofílico

La vegetación puede jugar un papel fundamental en la experiencia que tiene el usuario de la arquitectura. Hay una conexión ancestral entre los humanos y el medio natural que ha influido en el desarrollo evolutivo del sistema de percepción humana. Un ejemplo de configuración evolutiva de los sentidos es el desarrollo de las neuronas espejo, capaces de obtener una sensación háptica diferidafruto del histórico de sensaciones táctiles previamente acontecidas. Pero la vegetación también supone una característica habitual del campo perceptivo y vital del ser humano durante millones de años, y en gran medida, ha contribuido a configurar su sistema perceptivo, haciéndolo sumamente reactivo, positivamente, a la presencia de la vegetación, y a una querencia por la condición intrincada de la vegetación, como sistema valorativo de la calidad de su entorno. Creemos que la presencia de la vegetación es una necesidad para el ser humano, y consideramos también que esta idea ha sido suficientemente objetivada por diversos trabajos realizados por psicólogos y neurocientíficos, pero también intuitivamente señalada por numerosos diseñadores, arquitectos y artistas. Hay evidencia científica de que las personas se sienten menos estresadas, que pueden concentrarse mejor y que incluso pueden mejorar su condición de salud física y psicológica cuando están en contacto con elementos del mundo natural (Ulrich[1], 1984, Lohr[2], 1996, Faber Taylor[3], 2002). En concreto queremos destacar el artículo de Ulrich, R. en el que se trata la influencia positiva que pueden producir las vistas que se observan desde la habitación en pacientes que se recuperan de una cirugía.

 

Se ha establecido recientemente el término Biofilia para describir esta querencia por el mundo natural (Wilson, 1984[4], Storey y PedersenZari[5], 2006, Pablo Gil y Claudio Rossi,2015[6]), y el argumento principal es que el desarrollo de nuestro cerebro ha acontecido evolutivamente en permanente relación con la presencia de organismos naturales.

Hay que tener en cuenta que no sólo se trata de incluir la presencia de vegetación por su impacto visual, sino por las condiciones de percepción ambiental que contribuyen a crear a través de su olor, de su capacidad para alterar la composición del aire, absorber CO2 o componentes tóxicos del aire, transformar las condiciones de humedad, no sólo por la materia vegetal del propio organismo sino por el medio en el que estas crecen, junto a su riego y formación de microorganismos en el sustrato.

 

[1] Ulrich, R., (1984), View through a window may influence recovery from surgery. Science, 224, pp. 4647.

[2]Lohr, V. , (1996), et al., Interior plants may improve worker productivity and reduce stress in a windowless environment. Journal of Environmental Horticulture, 14.

[3] Faber Taylor, A., (2002), et al., Views of nature and self discipline: evidence from inner city children. Journal of Environmental Psychology, 22, pp. 49-63,

[4] Wilson, E.O., (1984), Biophilia. The Human Bond with Other Species, Harvard University Press: Cambridge.

[5] Storey, J.B. and M. Pedersen Zari., (2006), Factor X – well being as a key component of next generation green buildings. Proc. of the Rethinking Sustainable Construction’06 Conference, Sarasota, Florida, USA.

[6]Gil P., Rossi C., Coral W. (2015) BiophilicEvolutionaryBuildingsthatRestoretheExperience of Animality in the City. In: Wilson S., Verschure P., Mura A., Prescott T. (eds) Biomimetic and BiohybridSystems. Living Machines 2015. Lecture Notes in ComputerScience, vol 9222. Springer