MEMORIA DE LA  PROPUESTA

Una cavea contemporánea

La puesta en valor de Teatro Romano de Cádiz pasa  por hacer que el yacimiento se perciba de la forma más autentica posible. No se trata de recuperar su forma sino de recuperar sus valores esenciales dentro de la trama urbana actual, y sobre todo poder trasmitir estos valores esenciales del yacimiento que han llegado a nosotros en un estado deteriorado a las futuras generaciones.

La palabra teatro designa de igual manera la función que se realiza como el espacio que la contiene. Para entender realmente  los valores esenciales del Teatro Romano de Cádiz, y no reducir su visita a una reproducción virtual o a unas fotografías de algunos elementos o piedra que en una época antigua debieron tener un carácter monumental,  debemos  poder dar en él alguna representación teatral. Entendemos también que poder hacer representaciones o eventos en el teatro puede tener un impacto muy positivo para la ciudad de Cádiz, dotándola de un equipamiento que, en los días de buen clima, podrá utilizarse intensamente y con gran éxito.

Respecto a la recuperación de los valores esenciales del yacimiento arqueológico, es necesario integrar una forma actual reversible que evoque, no que reproduzca, el espacio del teatro Romano de Cádiz, y que se integre en la trama urbana actual.

Pero no hay que engañar reconstruyendo ruinas, tenemos que proteger lo que hemos heredado con materiales de nuestro tiempo para no inducir a error, mostrando sinceramente lo que tenemos y remarcando la reversibilidad de la actuación.

Estas reflexiones  han hecho que nuestra solución haya sido la de crear un graderío, en la prolongación del graderío existente, y reinterpretando el volumen original romano que se extendería hasta la altura y profundidad del que hemos planteado. Esta cavea contemporánea protegerá los restos, y la gente, al pasar, percibirá una forma icónica evocadora del pasado,  y a su vez  ver que debajo de esa forma actual  están los restos del autentico Teatro Romano de Cádiz.

Este graderío cuenta con 1680 plazas y un escenario desmontable y reversible que iría colocado sobre las gradas que han sido reconstruidas, anteriormente, con hormigón.

También se propone la posibilidad de cubrir los asientos de la cavea romana con unas estructuras reversibles de acero y madera que permitirían realizar representaciones para un total de 2200 espectadores mirando hacia el escenario inferior, que también sería una plataforma desmontable y reversible. 

La integración de la trama urbana del yacimiento arqueológico la realizamos mediante la prolongación de la calle cortada creando una pasarela sobre los restos, suprimiendo vallas e integrando bajo la cubierta protectora un espacio público como  plaza con vista al océano, tan  necesario en esta zona de la ciudad.

La actuación en la Fonda se reduce a permitir que se siga excavando y que vean los visitantes este proceso de recuperación del pasado, para eso vamos a cubrir el patio de la fonda con un lucernario de cristal y  en el suelo  del patio crear otro espacio permeable al estilo de los pozos existentes pero más grandes, que permitan ver en el sótano la memoria histórica de la ciudad.